Cartografía fantástica (I): Introducción

Pues eso, que te quejas un par de cientos de veces de mapas fantásticos mal hechos y ya tienes la fama de la «loca de los mapas». Y ahora te mencionan en twitter cada vez que hay cadenas montañosas con ángulos extraños y ríos imposibles, claro, porque es muy gracioso ver cómo te tiras de los pelos.

Por un mapa que maté, matamapas me llamaron.

Me encantan los mapas de países imaginarios. Me engaché desde el primero, que, como le pasa a casi todo el mundo, fue uno de Tolkien, que Ilúvatar lo tenga en su gloria. Una compañera de colegio me prestó el primer volumen de El Señor de los Anillos y a la semana ya había conseguido que mi madre me regalase los tres tomos y El hobbit de propina. Me pasé horas enteras mirando los apéndices y los mapas.

(El Silmarillion me lo terminé comprando yo solita poco después).

La geografía de la Tierra Media tiene muchísimos problemas. Al ser la piedra angular sobre la que los escritores sucesivos han basado su trabajo, esos problemas se terminan amontonando unos sobre otros. Y se amplifican. Es como el juego de teléfono escacharrado, pero a una escala épica.

Y hay cosas que a Tolkien le perdono con mucho gusto, pero a Johnny McGrimdark no le paso ni una. Que nos conocemos.

Alguna vez he hablado de los mapas de fantasía como cargo cult que, aunque es un término cargado (je) y etnocéntrico, se ajusta bastante a la mentalidad con la que algunos autores se acercan a sus mapas. Es una forma de pensamiento mágico que confunde la causa con el efecto: si construyes una pista de aterrizaje, van a empezar a llegar aviones cargados de regalos. Si planto un mapa de tonos ocres con textura de pergamino en mi novela épica, esta será tan buena como las de Tolkien. Repito, lo que hace que su obra sea tan influyente no son los mapas; sólo son la parte más sencilla de imitar. Y si vas a copiarle, empieza por la escala, leches.

   

Ahora estamos en una fase en la que parece que es obligatorio poner mapas al principio o al final de esta clase de libros. Es bastante común ver a autores que, con la novela terminada, buscan ilustradores que saquen un mapa a partir de su historia, con erótico resultado. Porque es obligatorio. Porque es fantasía épica. Y no hace falta, de verdad. No son imprescindibles, no tienen por qué gustarte. Mucha gente se aburre sin más con ellos y no van a dedicarle más que un vistazo rápido a ese mapa en el que has echando tantas horas.

No es un consejo hipócrita, va totalmente en serio. Ante la duda, no pongas mapas. No. Hacen. Falta. En mi caso, creo que estoy liada con una historia de fantasía para poder hacer los mapas, no al revés. Me relaja un montón dibujar ríos y ponerle nombre a las cosas, pero lo hago porque me gusta, no porque sea un requisito imprescindible del género. Si a ti no te van los mapas, no te preocupes. Dedica ese tiempo y esfuerzo a cosas más útiles.

Ahora, si te pones, hazlo bien. Hay errores de principiante que son sencillísimos de evitar. Los tres pecados capitales son, en mi opinión, que haya cadenas montañosas formando ángulos rectos entre sí, ríos que se bifurcan o que fluyen cuesta arriba y que no haya una escala bien visible que indique el tamaño aproximado del territorio que se representa en el mapa.

Tengo una serie de artículos preparada sobre el tema, para poder dar la brasa de forma organizada y sin límite de caracteres. Me voy a centrar sobre todo en esos tres errores, pero quiero terminar con un tutorial paso a paso para conseguir un mapa útil, completo y que no llene a Raquel de una furia homicida irracional.

Empezaremos hablando de «La escala, esa gran desconocida» y de que cada vez que no la pones Christopher Tolkien saca otro libro. Esto es así, yo no hago las normas.

 

2 comentarios en “Cartografía fantástica (I): Introducción”

  1. Hola, Raquel.

    Soy ingeniera y para escribir necesito esquemas de cosas. Así que en un universo en el que ando trabajando, necesitaba organizar las regiones y he estado trabajando en mapas. Bastante simples porque más bien es para orientarme con detalles como el clima, la orografía, las distancias y todo eso. Vamos, que he estado buscando información sobre este tema, sin meterme en teoría super densa (que una tiene que escribir ante todo) y no estaba encontrando grandes cosas. Vamos, que me interesa mucho el tema y que estaré pendiente de tus entradas.

    Muchas gracias por hablar de este tema.

    ¡Saludos!

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